Periodo de adaptación
Se necesita tiempo para ir conociendo la casa, descubrir lo que hay en ella, transformarla, adecuarla a las necesidades y preferencias de los/as menores y de esta manera, llegar a disfrutarla.

Es un tiempo de amoldamiento, conocido como periodo de adaptación. Es el proceso que cada niño o niña vive en el plano de los sentimientos (afectivos, sociales o intelectuales), valorando lo que suponen los cambios al encontrarse con las novedades.

La casa amiga se convertirá para los/as niños/as en una nueva posibilidad de enriquecimiento y ampliación de sus experiencias, en otra manera de crecer y desarrollarse en relación con otros compañeros/as, con la educadora y con nuevos espacios.

Casa Amiga en Pamplona

No solamente son los/as pequeños/as los implicados en este proceso de adaptación. La educadora y las familias iniciamos una relación y necesitamos amoldarnos a esos cambios. Es muy importante por consecuencia, que las familias y la profesional mantengamos una colaboración y comunicación fluida y constante, sin olvidar que sea una comunicación de buena calidad. Se trata de una adaptación al nuevo espacio, a los nuevos olores y experiencias, al hecho de tener que compartir, de esperar, de desarrollar su autonomía, de seguir unas pautas sociales (reglas y normas), de estar en un grupo de iguales y separarse de la familia.

Es un proceso personal, en el que los adultos deben colaborar para evitar el conflicto, hay que dejarle al niño/a que lo viva, que lo experimente en primera persona siempre estando acompañado para atender sus necesidades. Cada persona necesita un tiempo para interiorizar el cambio, así que este periodo de adaptación se realizará de manera individual, atendiendo las necesidades que tenga cada uno/a priorizando el bienestar emocional del/de la menor. Deberá ser una adaptación gradual y personalizada.

CONSEJOS QUE FACILITAN LA ADAPTACIÓN DE LOS/AS MENORES:

  • Priorizar siempre el bienestar emocional del niño/a.
  • Es aconsejable preparar psicológicamente al niño/a para que no le resulte una situación totalmente desconocida.
  • Contarle siempre la verdad, explicándole lo que va a pasar y sin trasmitirle temores.
  • Despediros del niño/a con afecto, sin esconderos, ni mentiras, contándole siempre la verdad.
  • Procurad llevar unos horarios estables respecto a las actividades cotidianas, como son el sueño o la alimentación. Éstos deberán ser lo más iguales en casa y en la Casa Amiga.
  • Hay que evitar comparar los procesos de adaptación. Cada persona tiene una capacidad diferente para adaptarse a situaciones nuevas.
  • Es posible que dentro de este proceso se den altibajos. No hay que preocuparse si los primeros días se queda sin llorar, y los posteriores llora a la llegada. Es normal en este proceso, así que no hay que asustarse.
  • Cada uno/a exterioriza la dificultad para adaptarse a su manera (llantos, agresividad, retraimiento, inquietud en el sueño, problemas de apetito…). Todas estas conductas hay que tratarlas sin darle mayor importancia, ya que son habituales.
  • Si la relación educadora-familia es fluida y de confianza, ayudará mucho al/la pequeño/a a amoldarse a la nueva situación con confianza y seguridad. La comunicación respetuosa y cercana es positiva para todos/as.
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